miércoles, 4 de julio de 2012

Amanecer desde el alto de la Nava

Los que vivimos en una gran ciudad, a veces nos olvidamos de la cantidad de estrellas que hay por la noche en el cielo, de que el sol sale por el horizonte y no entre los edificios, de que en el momento del amanecer las tonalidades del cielo cambian mágica y gradualmente en cuestión de minutos —del negro azulado de la noche, al naranja del amanecer y el celeste del día—. Por la noche, los sentidos se agudizan para escuchar el sonido del viento, oler la fragancia del bosque y ver extrañas siluetas que se dibujan a nuestro paso en la oscuridad.

Por esta y otras razones, decidimos subir de noche a 2000 metros de altitud para ver amanecer desde una posición privilegiada y sin obstáculos. Antonio —videocámara en mano— se ha encargado de sacar vídeos y fotos durante la ruta y de escribir la crónica que puedes leer a continuacíón.


Vistas desde el alto de la Nava, minutos después de amanecer