Después de varios intentos, este fin de semana por fin hemos conseguido hacer una de las rutas de El Atazar para la que no parecíamos encontrar el momento.
ASISTENTES
Jose Manuel, Rober, Felipe, Rafa y Nacho.
DATOS DE LA RUTA
- Distancia: 33 kilómetros
- Tiempo: 3:51h (2:32h dando pedales)
- Altura ganada: 871
- IBP: 58
- La ruta en detalle: http://connect.garmin.com/activity/124807972
CRÓNICA DE LA RUTA
Como era una ruta nueva para la mayoría de nosotros, y dada nuestras experiencias previas en estos casos, se anunciaba una jornada movidilla. Primer problema: llegar a Alpedrete de la Sierra. Para empezar, Rafa y yo nos saltamos la desviación y nos equivocamos de carretera y casi acabamos en el pueblo de El Atazar. Peor fue lo de Nacho, que en lugar de pasarse dos pueblos, se quedó uno corto. Menos mal que le vimos montando la bici en Valdepeñas de la Sierra y le pudimos avisar. Por lo menos no acabó en el otro Alpedrete...
Eso sí, Rober y Felipe puntuales como siempre (bueno, Rober, que es el que trajo el coche; de Felipe lo mejor que podemos decir es que tuvo el acierto de venir con Rober). Una vez (milagrosamente) reunidos y preparados todos, empezamos la ruta, con un tiempo magnífico para montar en bici. La elegida es una ruta circular que empieza y acaba en Alpedrete de la Sierra, que viene en un libro de rutas BTT de la Comunidad de Madrid, y que hice solo hace tiempo, cuando no existía el grupo. Para mayor seguridad, encontré la ruta en wikiloc y me la cargué en el GPS. Inesperadamente, esto sería el origen del peor de los muchos incidentes.
Nada más salir, primera parada. Algunos necesitamos descargar la vejiga urgentemente, y más vale hacerlo cuanto antes. Seguimos por una pista amplia, pero con muchas piedras e iniciamos un pronunciado descenso, en el que como no podía ser de otra forma Nacho, Felipe y Rafa se lanzan a tumba abierta. No tardamos en tener el siguiente incidente: pinchazo gordo de Nacho, que parece haber tomado el relevo de Rober en estas cosas. Después de arreglado y una vez reagrupados (Felipe que iba el primero no se percató de que algo pasaba hasta un kilómetro después), seguimos ruta.
El camino sigue con buen firme, ya sin piedras y entre pinares, en una de las partes más bonitas de la etapa. Rafa, Nacho y Felipe se adelantan. Rober y yo, detrás, perdemos comba. En la zona hay caminos por todas partes y se masca la tragedia. En una zona de sube-baja, al final de una subida hay un desvío casi en perpendicular a la derecha, con una señal de prohibido el paso, pista forestal (o algo por el estilo). Dudamos por dónde habían ido los demás, ya que les habíamos perdido de vista, aunque sospechábamos que habían seguido de frente. Tiro de GPS y el track indica que hay que coger la desviación. La duda se acrecienta. Sabíamos que Felipe se había bajado también la ruta a su GPS, pero ahora nos dábamos cuenta de que no habíamos comprobado si era la misma. Sudores fríos, pese al calor. Decidimos seguir el track "oficial", confiando en que Felipe no hubiese cargado otro, o que al menos coincidiese en este desvío, pero confiamos en vano. Unos kilómetros y unas cuantas llamadas de teléfono después (benditos sean los móviles), y tras más de media hora conseguimos reunirnos de nuevo.
Escribo esta esperada crónica ya relajado, pero hay que reconocer que hubo momentos de cierta tensión. Creo que después de esto la máxima hay que pararse en los cruces ha adquirido nueva fuerza, casi rango de ley. También la de ¿tenemos todos claro la ruta que vamos a hacer? gana muchos puntos. En descargo de los que iban primero, hay que reconocer que el desvío no era evidente, y les pasó desapercibido.
Después del sofocón, seguimos ruta. A todo esto, ya habíamos iniciado la subida. Tras unas primeras rampas duras todavía en una zona de grandes pinos, comenzamos a subir de forma más suave pero constante, cada vez con más calor y menos sombra, mientras que el terreno se hace más incómodo por las piedras. Pero la pista sigue siendo buena. Nacho y Rafa, como era de esperar, van a un ritmo superior y se pierden de vista. Al terminar la subida nos reunimos de nuevo.
Siguen los incidentes: Rafa no se encuentra bien de la tripa y Rober tiene otro tipo de problemas (en realidad de un tipo no muy lejano) de los que mejor no dar detalles. Pero es que además Rafa tiene la rueda trasera completamente frenada ¡y es el que más rápido ha subido, dejando de rueda a Nacho! Nuestro super-hombre no deja de sorprendernos. Pese a la pronunciada y larga bajada que nos esperaba, Rafa decide quitar las pastillas y bajar sólo con freno delantero, a pesar de lo cual baja en cabeza, cómo no sería.
Terminada la bajada, nos reunimos disciplinadamente al encontrar un nuevo cruce, donde se inicia la última parte de la ruta. Giramos a la derecha y nos metemos en una pista con buen firme dirección Alpedrete, un auténtico rompe-piernas con subidas cortas pero exigentes, que cada cual hace según sus fuerzas. Un nuevo cruce y nuevo reagrupamiento. La última parte es la menos bonita de la ruta, por un camino amplio pero sin árboles, y con menos desniveles. Finalmente, llegamos a la carretera que conduce al pueblo para hacer una última subida y entrar triunfantes en Alpedrete, salivando anticipadamente ante las tortillas que nos íbamos a calzar en breve.
Después de meter las bicis en los coches, procedemos a llenar la barriga y a refrescar el gaznate en el único bar del pueblo. Y ya de paso a engullir lo que podamos, que con tanto incidente se nos ha hecho la hora de comer. Tras las birras, las riquísimas tortillas y algo de embutido, ya nos encontramos mucho mejor, sobre todo Nacho y yo que añadimos a lo anterior unos bocadillos de choricito frito con pan del mes pasado que no se tragaba ni un gato hambriento que pululaba a nuestro alrededor. No todo iba a salir bien...
Redactado por Jose Manuel.
FOTOS
Pincha para ver todas las fotos de la ruta:
22/10/2011 Alpedrete de la Sierra |
No hay comentarios:
Publicar un comentario